La caja es uno de los elementos fundamentales a la hora de montar un PC, ya que de ésta dependerá en gran medida tanto la capacidad de refrigeración del conjunto como la capacidad de ampliación, para poder instalar elementos de hardware de diferentes tamaños. En general, todas las cajas de PC se fabrican o bien en acero o bien en aluminio (junto con plásticos), siendo las de aluminio más estéticas pero también más caras. No obstante, a la hora de hablar de rendimiento, ¿es mejor que la caja sea de aluminio o de acero?
Los materiales con los que se fabrican las cajas para PC tienen mucho que ver con su comportamiento; sin ir más lejos, una caja de aluminio se suele fabricar mediante extrusión, dando como resultado lo que antaño se conocía como «unibody», es decir, que en lugar de tener muchas piezas remachadas o soldadas, tienen pocas piezas a las que se les ha dado la forma correspondiente de una sola vez. Esto reduce en gran medida las vibraciones y por lo tanto mejora el silencio, pero la contrapartida es que si una pieza se daña tendremos que cambiar la estructura completa de la caja.
Ya os hemos contado una de las ventajas de tener una caja de aluminio, y es que como tienen menos partes remachadas o soldadas, tienden a vibrar menos y son más silenciosas gracias a ello. Sin embargo, esto también tiene una desventaja y es que se pierde modularidad, ya que una de las cosas que nos encontramos en las cajas convencionales de PC de hoy en día es que nos permiten «jugar» con su interior para cambiar la disposición de sus componentes internos (por ejemplo, podemos poner y quitar un rack de discos duros).
Precisamente por el hecho de estar fabricadas con menos piezas (especialmente en el exterior), las cajas de aluminio suelen ser estéticamente más bonitas que las cajas de acero, ya que además al aluminio se le suele dar un tratamiento embellecedor como el cepillado o el chorro de arena que hace que queden mucho más elegantes. Por otro lado, el tratamiento de pintura sobre aluminio permite utilizar técnicas diferentes que sobre el acero, que casi siempre es mate, pudiendo ver tonos brillantes o metalizados que, estéticamente hablando, quedan francamente bien.
Por otro lado, la última ventaja que tiene el aluminio sobre el acero cuando hablamos de cajas de PC es que hace las veces de disipador pasivo, siempre y cuando el fabricante de la caja haya decidido aprovechar esta propiedad que tiene el aluminio de transferir fácilmente el calor, si bien es cierto que esto solo lo suelen hacer en los modelos de caja más pequeños (mini ITX y a lo sumo mATX). Finalmente, el aluminio es bastante más ligero que el acero y por lo tanto las cajas suelen ser más ligeras.
Ahora bien, las cajas de acero también tienen sus ventajas, y para empezar es que son bastante más resistentes y robustas… el aluminio no es un material excesivamente resistente, y aunque no se va a doblar nada por el peso del hardware del PC, un simple golpe accidental podría terminar abollando la estructura y, como os hemos mencionado antes, dado que es de una sola pieza, puede significar el tener que cambiar de caja dependiendo de las circunstancias, algo que con las cajas de acero no sucedería.
Por otro lado, la principal ventaja de las cajas de acero con respecto a las de aluminio es que tanto por el coste de los materiales como por el coste del proceso de fabricación, suelen ser bastante más baratas, hecho que se puede ver claramente plasmado por el absoluto dominio de las cajas de acero en el mercado, ya que al final las cajas de aluminio tienen una cuota de mercado bastante marginal.
Así pues, y a modo de resumen, las cajas de aluminio son una excelente opción si buscas estética y elegancia, y si no te importa gastar más dinero, mientras que las cajas de acero son la mejor opción para el público en general.