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Periodista especializada en decoración e interiorista
Tumbona con varios cojines blancos y negros.
Que ya no se pueden aprovechar más. Muebles o maderas que no admiten recuperación y textiles decolorados. Reconócelo, han aguantado este verano, pero ya no tienen fuerza para sumar uno más. Muebles y accesorios, al estar a la intemperie, sufren mucho y necesitan renovarse. De ahí que sea tan importante escoger los muebles de mayor volumen de materiales adecuados.
Salón con sofá cubierto con una funda de color blanco.
Poner una funda al sofá en verano te permite optar por un color claro que, aunque se roce, se pueda lavar cómodamente en la lavadora. También que sea de un tejido fresco y que aunque se manche con las cremas solares, por ejemplo, no te traiga de cabeza. Pero las fundas también se deterioran precisamente por los lavados. Así que, quizá debas revisar la de tu sofá y añadirla a la lista de las cosas que debes tirar cuando acabe el verano.
Detalle de una mesa decorada con velas y copas.
Revisa tus velas y portavelas que tras las cenas veraniegas y noches hasta la madrugada han quedado más que consumidas. Incluidas las que repelen los mosquitos (generalmente de citronella). No las guardes si están prácticamente acabadas. Las que sí puedas reaprovechar el verano que viene, mejor guardadas para que la cera no coja polvo.
Comedor exterior con mesa y silla de El Corte Inglés; caminos de mesa de lino, platos, y bajoplatos de La Última Parada.
Como ocurre con la que uses dentro de casa, debes revisarla cada cierto tiempo por las manchas insalvables. Mantelería, manteles individuales y servilletas que visten las mesas de verano, pero son irrecuperables, pasan a engrosar la lista de las cosas que debes tirar cuando acabe este verano. Piensa que puedes convertir algunos de estos textiles en agarraderas de cocina o paños.
Cosméticos sobre la encimera del baño.
Polvos bronceadores que logran al principio de verano que tengas un tono veraniego; sombras nacaradas, aceites con purpurina… en el verano nos lanzamos con algunos cosméticos más atrevidos que en invierno no tocamos. No los guardes. Tíralos porque los cosméticos tienen caducidad y suele estar en un año una vez que los abres. Consulta el símbolo que encontrarás en los botes que simula una cajita abierta con un número en su interior + una letra M.
Mujer pintándose las uñas.
Vibrantes, fluorescentes, blanco… En verano te gusta pintarte las uñas de colores divertidos. Incluso mezclar tonos en varias uñas. Pero, con el invierno, vuelven los tonos más sobrios y oscuros. Así que, como en el caso de los cosméticos, no guardes los pintauñas del verano porque también tienen caducidad de un año. El próximo estarán algo secos y seguro que prefieres hacerte con los tonos que sean tendencia.
Armario con vestidos de verano.
En unas semanas deberás hacer el cambio de armario. Guardar los vestidos de tejidos ligeros y sacar algún hersey que otro. No guardes toda la ropa porque seguro que puedes descartar ya algunas prendas que han tocado fondo. Tejidos claros que amarillean, prendas que te compras para la temporada y que son "trapillos" de un verano, o aquello que este año -de nuevo- no te has puesto.
Cualquier arañazo, una suela desgastada, una tira deshilachada… muchas veces hay sandalias que solo aguantan una temporada porque no has dejado de ponértelas. Es una de las cosas que debes tirar al acabar el verano. Piensa que muchos modelos de calzado de verano tienen un precio más asequible que los de invierno y se prestan a renovarlos más fácilmente.
Mujer con botella y pajita.
Hacen mucho daño a la vida marina. Así que de este verano no pasa. Ya sabes lo importante que es reciclar y cómo impactan nuestros hábitos y consumos en el Planeta. Así que es el momento de deshacerse de las pajitas de plástico que te queden y sustituirlas el próximo verano en tus cócteles por pajitas de papel o reutilizables de acero.
Ya no la guardes. Es una de las cosas que debes tirar cuando acabe el verano. Te ha acompañado durante unos cuantos kilómetros pero ya no aguanta más. Las ruedas, el asa rota, los golpes… en la próxima escapada, estrenas maleta.
Al menos las corporales (deberíamos ponernos protección facial durante todo el año). Una vez abiertas las cremas solares tienen una caducidad de 12 meses. Si ya está prácticamente vacía y no tienes previsto viajar a un lugar cálido los próximos meses, mejor deshazte de ellas ya. Será como poner fin al verano…
Silla con chanclas verano y sombrero.
Parece mentira el "trote" que les damos a las chanclas. Son tan cómodas que al final del verano puede que hayan sufrido las consecuencias de su sobreuso. Revísalas bien, porque seguramente más de un par pueden pasar a mejor vida. Es una de las cosas que tendrás (y deberás) tirar al acabar el verano si no quieres quedar con alguna en la mano -y el pie en el suelo- el próximo.
El cloro de la piscina hace estragos en la ropa de baño. Pero también el sol y la sal. Los tejidos se deterioran y las gomas se "pasan". Revisa tus bañadores y biquinis antes de guardarlos y descarta los que estén más gastados. También debes deshacerte de los que no te hayas puesto. Bye, bye.
Vestidor abierto con bolsos y gafas.
Puede pasar que sean buenas y ya tengan sus años o de marca low cost o de las que regalan en promociones veraniegas y que usas para la playa y piscina porque sabes que sufren más y reservas las buenas para las salidas a comer. Patillas mates o descascarilladas y cristales picados o rallados son signo inequívoco de que esas gafas deben ir al cubo de la basura al acabar este verano.
Silla de ratán en un balcón con un sombrero de paja.
Protegerse del sol con un sombrero o pamela es muy aconsejable durante los meses de verano. ¡Y te animas! Pero hay modelos de papel que no aguantan más de un verano. Puede que incluso hayas metido el sombrero en la maleta, plegado; y ya no recupera su forma. Despídete de sombreros y pamelas. Guarda solo las que merezcan la pena y hazlo adecuadamente para que no se deformen -en cajas rígidas de sombrero-.
Mesa de verano con vajilla blanca y azul.
Con el verano, aunque apetecen las comidas ligeras, nos relajamos y tomamos alguna caña de más, no nos falta el picoteo en las terrazas, alguna barbacoa… no es que obligatoriamente comamos peor, pero puede que olvidemos algunos buenos hábitos como tomar fruta. Así que cuando acabe el verano, hay que tirar también estas costumbres poco saludables para volver a la rutina.
Mesa de verano con mantel y botellas verdes, de Natura Casa.
¡Quedan preciosas para decorar la terraza, el balcón o el jardín en verano! Sobre todo cuando montas fiestas. Pero ten en cuenta que con la lluvia empezarán a deteriorarse. El papel es económico pero no demasiado resistente. Si han cumplido su función decorando este verano tu exterior, añádelas a la lista de cosas que tirar cuando acabe la temporada.
Iluminación exterior con guirnalda luminosa.
Lo mismo ocurre con las versiones luminosas en papel… Nos encanta el efecto mágico que crean, sobre todo en la terraza durante las noches de verano. Dentro de jaulas o faroles, en jarrones de cristal, colgadas... Revísalas al descolgarlas y valora si es mejor renovarlas la próxima temporada antes de guardarlas y ocupar espacio en el armario.
Si hay alguna prenda textil que uses cada día en verano es la toalla para ira a la playa o a la piscina. También los pareos más livianos. El cloro, la sal y el sol, además de las cremas solares, son sus enemigos. Cuando se acabe la temporada de verano, di adiós a las toallas más gastadas. Las que guardes, lávalas con un poco de vinagre (nunca pongas suavizante) y sécalas bien.
Mujer con bolsa de playa.
Son un clásico del verano. Sobre todo, las que te regalan en las revistas. Precisamente porque ya es tradición que cada año te adjudiques una, al final del verano cuando pongas orden en tus bolsos, puedes despedirte de las más viejas.
Flotador con forma de flamenco.
Ya sea el unicornio, el flamenco o las patatas fritas. No acumules flotadores que además con los rayo del sol ya están gastados. Sobre todo, si cada año te compras el "hit del verano".
Detalle de caja con separadores para bisutería.
Otro de esos accesorios que en verano no faltan. De cuentas, de colores, de cuero, con flecos y borlas, cascabeles… pero no son joyas. Haz una buena selección porque el verano que viene volverás a llevar las que marquen tendencia y descarta toda bisutería gastada por el salitre y el cloro.
Terraza pequeña con suelo de tarima y sillas de jardín de estilo vintage.
Puede que cuando llegues a casa después de vacaciones te encuentres que alguna de tus plantas esté algo mustia. Si no puedes revivirlas o bien las que compras de temporada; deberás deshacerte de ellas. No mantengas una maceta mustia en tu terraza durante el invierno.
Alimentos guardados en una despensa.
Te fuiste de vacaciones y te despediste de tu casa sin mirar atrás con un "¡hasta luego, cocodrilo!". Ahora que has vuelto, mira la despensa y revisa si tienes algún alimento en conserva, latas o cualquier cosa comestible caducada y tíralo. Lo mismo si quedó algún bote olvidado en la nevera… Son otra de las cosas que debes tirar al acabar el verano o, mejor dicho, tus vacaciones.
Postales junto a un sombrero y una manta.
Si aún tienes algún amigo o familiar que se resiste a los whatsapp y apuesta por las postales, enhorabuena. La verdad es que recibir una postal hace ilusión, pero una vez que has llegado a casa, no hace falta que la guardes, puede ir al contenedor azul. Lo mismo ocurre con esas láminas de las que te encaprichaste con una piña, flamento o cactus en el centro. No se prestan demasiado a decorar en inverno, ¿no crees? Quizá tirarlas sea drástico, pero guárdalas en un cajón.
Cajas de cristal con conchas y coral sobre mesa de centro.
A no ser que te apasionen estos tesoros naturales y los conviertas en objetos de decoración colocándolos en bonitos botes o cajas de cristal, deshazte de ellos. Lo único que harán es ocupar espacio en esa bolsa o polvo en una cesta.
Bebé jugando en la playa con un cubo y una pala.
Revisa, sobre todo, los de plástico (y la mayoría lo son). Por ejemplo, todas las pistolas de agua que son de foam deberían de ir directamente a la basura cuando se acabe el verano. Hay muchas bacterias que se acumulan en los juguetes y el riesgo a que estos acaben en la boca de los más pequeños es grande... Cubo, pala, piscinas de plástico…
Comedor exterior bajo el porche con mesa de madera y sillas de forja.
Con el paso del tiempo y si no les proporcionas los cuidados necesarios, los muebles de forja terminan por oxidarse y estropearse. Si ya no tienen solución, de este verano no puede pasar que los tires.
Porque si vuelves, seguramente los hayan reeditado con nuevas aportaciones al turismo de la ciudad. Además, lo más probable es que, si quieres volver a verlo, puedas consultar la mayoría de horarios y lugares de interés en internet.
El cloro de la piscina, el salitre del mar y el sol pueden hacer estragos en nuestros accesorios del pelo. Revisa los que más has utilizado y deshazte de los que estén algo rotos, estropeados o hayan perdido su color.
Se rompió la tela a mitad de temporada y decidiste aguantar con ella el resto del verano. Pero ahora que acaba el calor, lo mejor será que te deshagas de ella. Llévala a un punto limpio para su correcto reciclaje.
Mesa de verano con lámparas y vajilla, de Aquitania.
Si tienes una vajilla de plástico para las comidas de verano, te habrás dado cuenta de que con el uso continuo y al meterlas en el lavavajillas han perdido su bonito acabado y color. Si crees que ya no pueden aguantar ni un verano más, retírala y renuévala por una nueva.
Banco con cesto debajo y zapatillas de deporte.
Aunque han sido tus favoritas durante mucho tiempo, este verano te han causado más molestias que alegrías. Así que si te destrozan el pie cada vez que las llevas durante varias horas y te pateas toda la ciudad, lo mejor será que te deshagas de ellas. Sabemos que duele, pero tus pies lo agradecerán.
Crear el hábito de que cuando se acaba la temporada hay que seleccionar qué se puede quedar en casa y qué no, no es una mala idea. Primero porque así no acumulas cosas innecesarias y segundo porque ganas espacio. ¿Por qué guardar algo que el verano siguiente ya no usarás?
No se trata de comprar cosas con la filosofía de "usar y tirar". Sin embargo, muchos objetos pueden ir directos al punto de reciclaje más cercano debido al uso que se ha hecho de ellos durante los meses de verano.
Aprender a tirar y tomar conciencia de todo lo que tienes, de aquello que compras por impulso (y que por lo tanto podrías ahorrarte) y de todo lo que sobra, es importante. El verano se "presta" a darnos algún capricho por las vacaciones, nuestro estado de relax, cosas que no cuestan demasiado… pero cuando acaba, no guardes por guardar.
35 cosas que tienes en el baño y de las que deberías deshacerte cuanto antes
8 cosas que tienes en casa y no renuevas tanto como deberías
Las tres preguntas clave: tirar, ordenar o guardar
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