El gobierno de Pedro Sánchez parece decidido a evitar el despilfarro de comida que se produce anualmente en España, un país donde todavía colea la crisis económica y en el que los comedores sociales, donde las organizaciones humanitarias ofrecen alimentos a familias sin recursos, son una estampa cada vez más habitual en los barrios más necesitados.

Texto por: Luis Méndez (España)

El Ejecutivo socialista afina una nueva ley para reducir los desperdicios, por lo que bares y restaurantes estarían obligados a ofrecer bolsas gratis a sus clientes para que se puedan llevan a casa la comida sobrante, además de donar los excedentes alimentarios a ONGs.

“Claro que es una buena medida. Cuando un cliente se ha tomado un buen primer plato, un buen segundo, y ya no puede más, por qué no se lo va a llevar si lo ha pagado. Ningún problema si nos dice póngamelo para llevar. Nosotros le damos una bolsa de papel y su tupperware”, señala a RFI, Javier Sánchez, uno de los responsables de “Casa Botín”, considerado uno de los restaurantes más antiguos del mundo.

“Hemos tenido convenios con el Ayuntamiento de Madrid para darle la comida que nos sobra, pero realmente es poca. Está todo muy calculado y lo tenemos muy ajustado porque somos una empresa pequeña y no tenemos grandes excedentes”, agrega el gerente del restaurante que conserva un récord Guinness por sus casi 300 años de historia ininterrumpida en la capital española.

“Está bien esa iniciativa, para que la gente se pueda llevar lo que le ha sobrado, aunque normalmente los clientes te lo piden. No es como antes, que había más reparos; ahora directamente lo hacen sin problema ninguno. Creo que la pandemia ha influido también para que la gente tenga menos pudor con este tipo de cosas”, indica por su parte Ángel, encargado del restaurante “Bolívar”, ubicado en el barrio Malasaña de Madrid.

“Ya ofrecemos bolsas y recipientes gratis. Nunca hemos dicho a nadie que le vamos a cobrar por llevarse su comida. Sobre derivar comida sobrante a las ONGs es una medida también buena, pero hay que tener cuidado con los temas sanitarios, que los productos lleguen en condiciones y se puedan aprovechar. Si hay controles, bienvenida la idea», remarca el restaurantero.

“En ningún restaurante te ponían pegas para llevarte las sobras de una comida. Está bien que se regularice para que no puedan poner inconvenientes y que todos contribuyamos a que no se desperdicie la comida. Si esto ayuda, estupendo. Y valoro que se haya pedido la vergüenza para pedir este tipo de cosas”, dice por su parte Salvador, profesor jubilado y frecuentador de restaurantes.

Según el proyecto de ley del gobierno socialista, tiendas y supermercados deberán también rebajar el precio de los productos que estén a punto de caducar y llegar a acuerdos con organizaciones humanitarias y bancos de alimentos para que esos productos sirvan para paliar las necesidades de las familias más urgidas.

RFI se puso en contacto con responsables de grandes supermercados para recabar su opinión sobre las medidas para frenar el despilfarro de productos alimentarios, pero no obtuvo respuesta.

Un trabajador de un supermercado con mascarilla limpia la zona de cajas, en Pamplona, norte de España, el lunes 16 de marzo de 2020.  AP – Alvaro Barrientos

Si los negocios no implementan planes para disminuir el desperdicio de comida, podrían enfrentarse al pago de severas multas. Hasta ahora, la normativa recomienda que los productos caducados sean utilizados como alimento para animales o para la producción industrial de fertilizantes y biocombustible.

La iniciativa de ley que tendrá que ser refrendada en el Parlamento español busca reducir sustancialmente los 1, 36 millones de toneladas que los españoles arrojan a la basura cada año.

Este desperdicio alimentario implica una pérdida de 250 euros por persona, según el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

«En un mundo donde por desgracia aún existe el hambre y la malnutrición, evidentemente este tema nos golpea la conciencia de todos», advirtió el ministro español.

El responsable de Pesca y Alimentación aclaró que en la Unión Europea (UE), solo Francia e Italia cuentan con legislaciones similares. No en balde, estos dos países, junto a España, rinden un culto especial a la comida y destacan en el ranking de la gastronomía europea.

La medida, una vez que reciba la previsible luz verde parlamentaria, entraría en vigor el 1 de enero del 2023.