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Un carro de la compra, en un supermercado. EFE
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Repasar el tiquet dos veces antes de salir o las caras de incredulidad tras ver el precio en la pantalla de la caja eran dos estampas que este jueves se repetían en un supermercado de la capital de la Plana. El principal motivo es que algunos productos de la cesta de la compra han incrementado hasta un 40% su precio en comparación con hace un año, según los datos publicados esta misma semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), relativos a la inflación.
Básicos como el aceite, los huevos o la leche son los que más han aumentado su coste en los últimos meses, en ese orden, pero también frescos como frutas y hortalizas o la carne, en especial la de cordero y la de ave. A la contra, las bebidas alcohólicas y el azúcar son las referencias que más han contenido el alza en su importe de venta al público.
El impacto de esta tendencia recae directamente sobre los consumidores de la provincia, que este jueves criticaban esta situación y su especial afección sobre los productos básicos. El secretario general de la Unión de Consumidores de Castellón, Juan Carlos Insa, valora que el escenario resulta «muy complejo», pues va «más allá de todo el incremento, ya que no existe perspectiva de moderación o bajada de los precios a medio plazo».
La subida de precios, producto a producto MEDITERRÁNEO
«Es demasiado tiempo para que cualquier economía doméstica resista, teniendo que recurrir al ahorro, si tienen, o a préstamos y tarjetas con intereses elevados, lo que implica elevar el endeudamiento y colocarse en una situación peor», analiza Insa, quien señala que otra alternativa a la que se está recurriendo ya consiste en la reducción del consumo, lo que «repercute en la economía provincial», al afectar a empresas.
Ahora bien, las familias no son las únicas afectadas. Los comerciantes también ven como caen sus beneficios de forma considerable por este mismo motivo. El gerente del Mercat Central de Castelló, José Luis Hernández, comenta que los vendedores «están resignados ante la subida de precios del producto en origen, manteniendo los precios de algunos o subiéndolos en menor porcentaje del que ellos están sufriendo».
No obstante, si hay un sector que se ve afectado especialmente es el de la panadería y la pastelería: «Lo tenemos muy complicado. Nosotros revisamos los precios una vez al año si llega, porque son productos cotidianos, pero los proveedores ahora nos están subiendo los costes semanalmente, lo que lleva a que lo asumamos nosotros», defiende el presidente de la Asociación Provincial de Panadería y Pastelería de Castellón (Apancas), Juan Adsuara. Su actividad depende directamente de productos que se encuentran entre los que más se han encarecido, como los mencionados anteriormente de los aceites o la leche. También ha incrementado su coste una referencia tan básica en estos establecimientos como la harina: «Yo mismo estaba pagando el año pasado el kilo de harina a 0,42 euros y ahora cuesta 0,70 euros, casi el doble», lamenta Adsuara.
En el balance, el Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes de junio provincial recogió un encarecimiento anual de la alimentación del 14,5%, si bien es mucho mayor según el consumo de cada uno.
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