-Volvés a Villa María a presentar tu última producción, Flor y raíz, que reúne reinterpretaciones sobre el cancionero popular latinoamericano. Sabemos que fue concebido mayormente en la pandemia, pero: ¿qué te llevó a definirte por estas obras y no por otras, para dejar registro?

- Flor y raíz era una vieja deuda que tenía conmigo y con la gente que me escucha: hacer un disco íntegramente dedicado a la música de raíz latinoamericana. Mi música es, hoy, una fusión muy fluida de rock, folklore, jazz, tango y otros géneros. Tomo de cada una de esas vertientes lo que necesito para expresar lo que siento. Y mi público es tremendamente abierto a esa propuesta.

Decidí que fuera una recorrida por la música de varios países del continente. Con ese fin seleccioné grandes clásicos de siete países: Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, México y Cuba. La idea fue darle a todo ese material una impronta moderna y traerlo a nuestros días.

El estreno de este material fue en un concierto online. En esa oportunidad grabamos en vivo, así que el disco nació sobre un escenario. Terminó por ser una postal de su momento histórico, ya que en el disco se nos oye tocar con la garra de un vivo, pero al final de las canciones no hay aplausos, sino un silencio sobrecogedor, cargado de la presencia de miles de personas que nos estaban viendo desde distintas partes del mundo.

-Más allá de que “Reverdece”, el único tema de autoría propia, haya sido una deuda cumplida con Soledad, ¿el tema sobrevuela acerca de la idea de la pospandemia, por versos como “Vuelve a sonar el arroyo / Vuelvo a soñar en color”?

-Sí, es un canto de esperanza. Habla de la alegría del amor que nace entre dos, pero también remite a dejar atrás un período gris para toda la humanidad, sin duda.

-El disco fue socializado en Cosquín, plaza por antonomasia del folclore, donde terminaste ovacionado luego de ejecutar el bajo, la guitarra, el teclado y la caja. ¿Resultó un plus el haber alumbrado dichas obras ante un público más bien exigente?

- ¡Desde luego! Ese escenario tiene un peso tremendo. Lo han pisado gigantes de nuestra cultura, es una responsabilidad enorme. Y ser recibido con esa efusividad por ese público es un premio mayor.

-El título y el arte de tapa del álbum comparan la extensa red que vincula subterráneamente el reino de los hongos y lo vegetal, con la red que une a la cultura latinoamericana. ¿Notás que esa “raíz” musical está siendo fortalecida últimamente, que se reconocen nuestros autores como es debido?

-Creo que las nuevas generaciones no sienten la distancia que había entre géneros musicales hace 50 o 60 años. Toman de todo lo que les rodea y usan el material para moldearlo a su manera. Es hermoso. Es algo que quienes lo empezamos a hacer hace tiempo, tuvimos que enfrentarnos a prejuicios, incomprensión y críticas salvajes. Pero valió la pena derribar esas fronteras, que son arbitrarias e irreales. Hoy cualquier chico o chica que hace música se siente naturalmente heredera de todo nuestro acervo cultural. De la baguala al rock, del tango a la cumbia, de la canción melódica al trap.

-Siguiendo esa línea, ¿los artistas de géneros urbanos y latinos en boga, también formarían parte de esa red?

-Por supuesto. La cultura viva es la que respira, se vincula, está abierta a cambios y transformaciones. No se tiene que quedar nada afuera.

-Adentrándonos en el concierto del sábado, ¿además de Flor y raíz, recorrerán con tu banda obras de tu repertorio clásico?

-Vamos a tocar casi todo Flor..., más clásicos de mi repertorio, temas de distintos momentos de mi discografía y estrenos de lo que será nuestro nuevo disco, que lanzaremos en pocos meses más. La banda, un quinteto, se completa con Julián Semprini en batería, Alejandro Oliva en percusión y dos nuevos miembros: Matías Martino en teclados y voz y Sebastián Henríquez en guitarras y voz.

Claro que hay canciones que no se pueden obviar. Siempre trato de ser generoso, en ese sentido, porque quien te va a escuchar te está regalando dos horas de su vida para que le lleves de viaje. Y hay ciertas canciones que evocan momentos muy queridos, que no pueden faltar.

-¿Cómo has planeado lo que resta del año?

-Como te decía, ya estamos grabando el disco nuevo, que será doble, con 20 canciones propias y varias sorpresas en cuanto a estilo y temáticas. Estoy muy contento con el material, creo que va a ser un disco fuerte, un verdadero punto de inflexión en mi trabajo.

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